martes, 4 de diciembre de 2012

Geografía de Chile


Geografía de Chile



Continente América
Región América del Sur                                              
Área:
Total 756,102.4 (38º) km2
Tierra 748,012.1 (98.93%) km²
Agua 8,090.3 (1.07%) km²
Línea de costa 6,435 km1
Coordenadas 33°26′S 70°39′O
Fronteras
Territorial 6,339 km
 • Argentina 5,308 km
 • Bolivia 860 km
 • Perú 171 km
Reivindicaciones marítimas
Zona contigua 24 M
Plataforma continental 161,338 km²
Zona económica exclusiva 200 M
Mar territorial 12 M
Extremos de elevación
Elevación mínima Océano Pacífico a 0 msnm
Elevación máxima Nevado Ojos del Salado a 6891.3 msnm
lago más grande Lago General Carrera


Chile limita al norte con Perú, al este con Bolivia y Argentina, al sur con el Polo Sur y al oeste con el océano Pacífico. Sus fronteras terrestres totalizan 6339 kilómetros, desglosados del siguiente modo:

171 km4 con Perú.
860 km4 con Bolivia.
5308 km4 con Argentina —la tercera frontera terrestre más larga del mundo, luego de la frontera entre Estados Unidos y Canadá (8893 km) y la de Rusia con Kazajistán (6846 km).
Asimismo, Chile posee un borde costero de 6435 kilómetros de longitud.

Superficie terrestre

Chile continental totaliza 755 776,4 km²5 del territorio nacional.
Chile oceánico (que incluye «Chile insular continental» —el archipiélago de Juan Fernández y las islas Desventuradas y «Chile insular oceánico» la isla de Pascua y la isla Salas y Gómez) suma 320 km².5
Chile antártico posee una superficie de 1 250 257,6 km².5
Chile continental y oceánico suman 756 096,4 km², mientras que las superficies de Chile continental, oceánico y antártico suman 2 006 354 km².

Superficie marítima

Mar territorial (12 millas náuticas):
Mar territorial de Chile continental y oceánico abarca 120 827 km²
Mar territorial de Chile continental representa 106 707 km²
Mar territorial de Chile oceánico representa 14 120 km²
Zona contigua (24 millas náuticas) cubre 131 669 km²
Zona económica exclusiva o «mar patrimonial» (200 millas náuticas) tiene una superficie total de 3 681 989 km².
Plataforma continental, que posee 161 338 km².6
Mar presencial de Chile (desde la zona económica exclusiva hasta el meridiano del borde occidental de la plataforma continental de isla de Pascua) abarca 17 751 361 km²
La longitud de costa del territorio continental e islas adyacentes suma 83 850 km.

Regiones geográficas

De norte a sur, Chile se suele dividir en cinco regiones:

Norte Grande: Desde el extremo norte hasta el río Copiapó, aproximadamente en el paralelo 27°S.
Norte Chico: Desde el río Copiapó, aproximadamente en el paralelo 27°S, hasta aproximadamente el paralelo 32°S.
Zona Central: Desde aproximadamente el paralelo 32°S hasta aproximadamente el paralelo 38°S.
Zona Sur: Desde aproximadamente el paralelo 38°S hasta aproximadamente el paralelo 43°S.
Zona Austral: Desde aproximadamente el paralelo 43°S hasta el extremo sur.

Relieve

La parte sudamericana del país comprende una larga y estrecha franja de tierra en la costa occidental del Cono Sur que se extiende mayormente desde la ribera sudoriental del océano Pacífico hasta la cordillera de los Andes, entre los paralelos 17°29'57" S y 56°32' S, a lo largo de 4270 km.7 Alcanza un ancho máximo de 445 km en los 52º21'S, a la altura del estrecho de Magallanes, y un ancho mínimo de 90 km en 31º37'S, entre Punta Amolanas y Paso de la Casa de Piedra.

Chile se ubica a lo largo de una zona altamente sísmica y volcánica, perteneciente al Cinturón de fuego del Pacífico, debido a la subducción de las placas de Nazca y Antártica en la placa Sudamericana.



Al final de la Paleozoico, hace 251 millones de años, Chile pertenecía al bloque continental denominado Gondwana. No era más que una depresión marina con sedimentos acumulados que comenzó a levantarse a finales del Mesozoico, hace 65 millones de años, debido al choque entre las placas de Nazca y Sudamericana, dando origen a la cordillera de los Andes. El territorio sería modelado por millones de años más debido al plegamiento de las rocas, configurando el actual relieve.

El relieve chileno está integrado por cuatro «macroformas», alteradas por múltiples variables que el territorio presenta: la Depresión intermedia, que cruza longitudinalmente el país, flanqueada por dos sistemas montañosos que componen cerca del 80% del territorio:10 la cordillera de los Andes al este —frontera natural con Bolivia y Argentina, con su punto más alton 1 situado en el Nevado Ojos del Salado, a 6893 msnm,11 convirtiéndolo en el volcán activo más alto del mundo,12 en la Región de Atacama— y la cordillera de la Costa al oeste —de menor altura con respecto a la de los Andes, con su punto más alto situado en el Cerro Vicuña Mackenna, a 3114 msnm, situado en la sierra Vicuña Mackenna, al sur de Antofagasta—. Entre la cordillera de la Costa y el Pacífico se encuentra una serie de planicies litorales, de extensión variable, que permiten el asentamiento de localidades costeras y grandes puertos. Algunas zonas del territorio abarcan territorios llanos al oriente de los Andes, como las estepas patagónicas y magallánicas, o son mesetas de altura rodeadas por elevados cordones montañosos, como el Altiplano denominado Puna de Atacama.

El Norte Grande es la zona comprendida entre el límite septentrional del país y el paralelo 26º S, abarcando las tres primeras regiones del país. Se caracteriza por la presencia del desierto de Atacama, el de mayor aridez del mundo.13 El desierto se ve fragmentado por quebradas que originan la zona conocida como la pampa del Tamarugal. La cordillera de la Costa es maciza y cae abruptamente formando el farellón costero que reemplaza a las planicies litorales, prácticamente ausentes. La cordillera de los Andes, dividida en dos y cuyo brazo oriental recorre Bolivia, tiene una altura elevada y de importante actividad volcánica, la que ha permitido la formación del altiplano andino y de estructuras salinas como el salar de Atacama, debido a la acumulación de sedimentos durante años.

Al sur se encuentra el Norte Chico, que se extiende hasta el río Aconcagua. Los Andes comienzan a disminuir su altitud hacia el sur y a acercarse a la costa, alcanzando los 90 km de distancia a la altura de Illapel, la zona más angosta del territorio chileno.8 Los dos sistemas montañosos se entrecruzan, eliminando prácticamente la Depresión intermedia. La existencia de ríos que atraviesan el territorio permite la formación de valles transversales, donde se ha desarrollado fuertemente la agricultura en los últimos tiempos, mientras las planicies litorales comienzan a ampliarse.

La zona Central es la más habitada del país. Las planicies litorales son amplias y permiten el establecimiento de ciudades y puertos junto al Pacífico, entre tanto la cordillera de la Costa desciende su altura. La cordillera de los Andes mantiene alturas superiores a los 6000 msnm pero comienza lentamente a descender acercándose a los 4000 msnm en promedio. La Depresión intermedia reaparece convirtiéndose en un fértil valle que permite el desarrollo agrícola y el establecimiento humano, debido a la acumulación de sedimentos. Hacia el sur, la cordillera de la Costa reaparece en la cordillera de Nahuelbuta, mientras los sedimentos glaciales dan origen a una serie de lagos en la zona de la Frontera.

La Patagonia se extiende desde el seno de Reloncaví, a la altura del paralelo 41º S, hacia el sur. Durante la última glaciación, esta zona estaba cubierta por hielos que erosionaron fuertemente las estructuras del relieve chileno. Como resultado de esto, la Depresión intermedia se hunde en el mar, mientras la cordillera de la Costa origina una serie de archipiélagos, como el de Chiloé y el de los Chonos, hasta desaparecer en la península de Taitao, en el paralelo 47º S. La cordillera de los Andes pierde altura y la erosión producida por la acción de los glaciares ha originado fiordos. En los Andes patagónicos se destaca, además, la presencia de grandes masas de hielo conocidas como campos de hielo que corresponden a las mayores reservas de agua del Hemisferio Sur fuera de la Antártida.

A partir del golfo de Penas, la cordillera de los Andes se divide en dos secciones. Por un lado, la cordillera Patagónica Insular que corre junto al océano Pacífico, con alturas que bordean los 1000 msnm, conforma el intrincado archipiélago Patagónico, con uno de los climas más feroces del planeta. Por otro lado, la sección oriental de los Andes da lugar a los Andes Patagónicos, un extenso grupo de montañas de caprichosas formas que se encuentran entre las más conocidas del mundo para la escalada en roca; entre ellos están el monte Fitz Roy y las míticas torres del Paine, con cumbres que superan los 3000 msnm. Más al sur, los Andes Patagónicos pierden altura relativa y oscilan en torno a los 1500 msnm cerca de la costa norte del estrecho de Magallanes, donde se sumergen totalmente en el cabo Froward para luego reaparecer con alturas significativas en la isla Grande de Tierra del Fuego donde reciben el nombre de cordillera Darwin, la cual supera los 2500 msnm y toma una orientación este-oeste, distinta de la que tiene en el resto del continente. Cabe notar que gran parte de los Andes Patagónicos, entre los paralelos 52° y 54° corren exclusivamente en territorio chileno y no están en la frontera con Argentina.

La cordillera de los Andes, al igual que previamente lo había hecho la cordillera de la Costa, comienza a desmembrarse en el océano originando un sinnúmero de islas e islotes, situación que aumenta en el archipiélago de Tierra del Fuego, donde un sinfín de islas montañosas representan los últimos esbozos del macizo andino, hasta desparecer en él, hundiéndose al este de la isla de los Estados y reapareciendo en el arco de las Antillas Australes y luego en la península Antártica, donde se le denomina Antartandes, en el Territorio Chileno Antártico, que se extiende entre los meridianos 53º W y 90º W.

Al este de la cordillera de los Andes, en varios puntos de la zona Austral chilena, se presenta la pampa patagónica o estepa magallánica, la cual presenta una continuidad geográfica de la patagonia Argentina, formada principalmente por terrazas aluviales y glaciares que van descendiendo en dirección al Atlántico. Esta parte del territorio chileno se encuentra totalmente al oriente de los Andes, al contrario del resto del país. La pampa patagónica es una estructura sedimentaria mucho más antigua que los Andes y por ello ha sido erosionada por el viento y la acción glaciar, dejando en su mayor parte relieves llanos con algunas sierras y conjuntos montañosos de no más de 1500 msnm. La pampa patagónica es atravesada por el estrecho de Magallanes, pero continúa desarrollándose en la parte norte de Tierra del Fuego.

En el medio del océano Pacífico, el país tiene soberanía sobre diversas islas de origen volcánico, conocidas en conjunto como Chile Insular. De ellas, se destacan el archipiélago de Juan Fernández y la isla de Pascua, la que se encuentra en la zona de fractura entre la placa de Nazca y la placa Pacífica, conocida como dorsal del Pacífico Oriental.


Climatología


La amplitud latitudinal de Chile —que abarca casi 40 grados—, su relieve y la influencia del océano son los principales factores que explican la variedad climática del país.8 Mientras la cordillera de los Andes regula el paso de masas de aire —impidiendo el acceso de vientos desde las pampas argentinas hacia el territorio chileno y la influencia marítima hacia la vertiente oriental—, la fría corriente de Humboldt produce un descenso de las temperaturas a lo largo de la costa —el aumento en su temperatura debido a El Niño genera en cambio fuertes lluvias e inundaciones en Chile—.

En la zona del Norte Grande, existe un clima desértico, con escasas precipitaciones. Las temperaturas tienen leves variaciones a lo largo del año, manteniéndose en promedio en torno a los 20 °C. En las zonas costeras se presenta abundante nubosidad conocida como camanchaca, mientras que en las zonas interiores la oscilación térmica es alta con nula humedad y ausencia de nubes, lo que ha permitido la instalación de grandes observatorios en la zona. En la zona del altiplano, las temperaturas descienden debido al efecto de la altitud creando un clima estepárico frío caracterizado por lluvias en verano, conocidas como invierno altiplánico. En la zona del Norte Chico, existe un clima estepárico cálido o semiárido que sirve como transición a climas más fríos hacia el sur. Las precipitaciones son irregulares y se concentran en invierno.

A partir del valle del Aconcagua al sur, el clima mediterráneo domina toda la zona Central, salvo las altas cimas de la cordillera de los Andes, de clima frío por efecto de la altura. Las cuatro estaciones están claramente marcadas, con un verano seco y cálido y un invierno lluvioso y frío. La zona costera presenta temperaturas reguladas por el efecto marítimo, entre tanto las zonas interiores presentan una alta oscilación térmica pues la cordillera de la Costa actúa como biombo climático. En Santiago, las temperaturas promedian los 20 °C en verano (enero), con extremas de 36 °C, y los 8 °C en invierno (junio), con extremas de -2 °C, con años nevosos como 2005 y 2007.

Las lluvias aumentan en la zona Sur, que presenta un clima marítimo lluvioso entre La Araucanía y la costa de Aysén. En la zona Austral se desarrolla un clima estepárico frío, caracterizado por una gran amplitud térmica, bajas temperaturas y una disminución de la pluviosidad que se presenta en invierno, generalmente en forma de nieve. A su vez, en el Territorio Chileno Antártico, predomina el clima polar.

En Chile insular, el clima es fuertemente afectado por el efecto enfriador del océano. La isla de Pascua presenta un clima subtropical, con una media de 1138 mm anuales de precipitaciones distribuidas durante el año.

Corriente de Humboldt

Es una corriente oceánica fría que se mueve hacia el norte a lo largo de la costa de Chile activada por el régimen de viento predominante en el borde oriental del anticiclón subtropical del Pacífico, que se caracteriza por un componente desde el sur. Modifica las temperaturas en el norte del territorio chileno haciendo que sean más frías de lo que corresponde por latitud.

Hidrología

Artículo principal: Hidrografía de Chile.

Debido a las características del territorio, Chile está generalmente cruzado por diversos ríos de corta longitud, torrentosos y de escaso caudal,8 que discurren comúnmente desde la cordillera de los Andes hacia el océano Pacífico en sentido Este-Oeste.

A causa del desierto, en la zona del Norte Grande solo existen cortas quebradas de carácter endorreico y el río Loa, el más largo del país con 440 km.19 En la zona del altiplano, se encuentran las zonas de los bofedales que originan el lago Chungará, ubicado a 4500 msnm, y los ríos Lauca, compartido con Bolivia, y Lluta.

En el centro-norte del país aumenta el número de ríos que forman valles de importancia agrícola, destacándose el Elqui con 75 km19 de longitud, el Aconcagua con 142 km, el Maipo con 250 km19 y su afluente, el Mapocho con 110 km, y el Maule con 240 km. Sus caudales proceden principalmente de los deshielos cordilleranos en el verano y de las lluvias durante el invierno. Los lagos de importancia de esta zona son el artificial Rapel, el Colbún, la laguna del Maule y la laguna de La Laja.

Hacia el sur, el río Biobío fluye a lo largo de 380 km, recorriendo un centenar de poblados junto a sus múltiples afluentes y alimentando importantes centrales hidroeléctricas que abastecen a gran parte de la población del país. Otros ríos de importancia son el Cautín-Imperial, con 230 km de longitud,20 y el Toltén, con 231 km, donde desagua el lago Villarrica, el primero de los diversos lagos cordilleranos que existen en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. También son importantes el sistema de los Siete Lagos, el Ranco, el Puyehue, el Rupanco, el Todos los Santos y el Llanquihue, el segundo mayor lago del país con 860 km².

En la zona patagónica, los ríos son de menor envergadura pero de un fuerte caudal, como el Futaleufú, el Palena, con 240 km19 de longitud, el Baker, con 370 km, y el Pascua, con 62 km. Salvo el lago Presidente Ríos y la laguna de San Rafael, los lagos se encuentran junto al límite internacional, por lo que son compartidos con Argentina el General Carrera, el mayor del país con 978,12 km² en territorio chileno; el Cochrane, el Dickson, el O'Higgins, el más profundo de América y el quinto del mundo con 836 metros; el Palena y el Fagnano, en Tierra del Fuego.

En los Andes patagónicos, existen grandes masas de hielo conocidas como campos de hielo que ostentan récords en el hemisferio sur solo superados por la Antártida: las mayores reservas de agua dulce y el más largo glaciar, el Pío XI (o Brüggen), uno de los muchos de la región.

Recursos naturales

Mapa que muestra las antípodas de Chile incluyendo reclamación antártica.

Destacan las minas, principalmente en la zona norte y en menor medida en la zona central. Los recursos forestales se localizan en la mitad sur del territorio americano. Los recursos del mar son de enorme importancia, siendo la biomasa de las aguas territoriales y de la zona económica exclusiva de gran abundancia. Además, en la Zona Austral de Chile se pueden encontrar yacimientos de petróleo, siendo éste un gran recurso para el país en tiempos futuros.

Uso del suelo

tierra cultivable: 12%.
pastos permanentes: 18%.
bosques nativos: 15%.
otros usos: 55% (establecido en 1993).
tierra irrigada: 12.650 km² (establecido en 1993).

Antípodas

Gran parte de las antípodas de Chile están en China desde Arica y Tarapacá (antipodal a Hainan) a Los Lagos; Santiago (más precisamente Rancagua) es aproximadamente antipodal a la antigua ciudad china de Xi'an, mientras que Valdivia es opuesta a Wuhai. Desde Chiloé a la Isla Wellington, Chile es antipodal a Mongolia, incluida la capital Ulan Bator, mientras que el Estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego corresponden al sur de Siberia y al lago Baikal, con Puerto Natales antipodal a Ulan Ude, la capital de la república rusa de Buriatia. Isla de Pascua tiene sus antípodas en el oeste de Rajastán, India.

jueves, 29 de noviembre de 2012

CHILE

Chile prehispánico:
 
De acuerdo con la teoría del paso del hombre por el estrecho de Bering a través del «Puente de Beringia», durante la última glaciación, conocida con el nombre de Wurm por los europeos y como Wisconsin por los americanos, Chile ubicado en el extremo sudoeste de América del Sur, sobre el océano Pacífico fue la última zona de América en ser ocupada.
La glaciación Würm-Wisconsin, duró unos 50 000 años aproximadamente. Según los científicos, el «Puente de Beringia» en condiciones de ser transitado duró unos 4000 años en su primera etapa y 15 000 años en su segunda etapa. A partir de ahí, el hombre fue hacia el sur hasta llegar al actual territorio chileno.
El territorio actual de Chile fue el menos poblado de todo el continente americano, habitado por diversos grupos indígenas antes de la llegada española. Al inicio, estos estaban organizados en grupos tribales nómadas, en lo que se conoce como sociedad primitiva, evolucionando luego hasta llegar a convertirse en sociedades aldeanas sedentarias.
Los restos arqueológicos más antiguos del país se encontraron en Monte Verde,[ ]cerca de Puerto Montt, y datan del 14800 a. C.,[] convirtiéndolo en el primer asentamiento humano conocido en América.[] Algunos restos encontrados en la cueva Fell, un yacimiento arqueológico de Tierra del Fuego, el lugar habitado más austral de Chile, indican que la presencia humana se remonta al 7000 a. C.
Los cambios climáticos del 6000 a. C. alteraron drásticamente las costumbres de los paleo indígenas chilenos que debieron adaptarse a un nuevo entorno: se formó el desierto de Atacama, desaparecieron muchas especies y el océano Pacífico delimitó las costas actuales. Estos indígenas debieron adaptarse a un clima mucho más cálido del que estaban acostumbrados, por lo que muchos se trasladaron desde el norte hacia las costas y el valle central. Así, se formaron los principales grupos indígenas chilenos: atacameños y aimaras en el norte grande, diaguitas en el norte chico, los changos en la costa septentrional, la gran familia de los mapuches en el valle central hasta el seno de Reloncaví y los tehuelches, chonos, alacalufes, onas y yaganes en la Patagonia.
De algunos miles de paleo indios existentes en el séptimo milenio adC, la población aumentó hasta un millón doscientos mil indígenas en el siglo XVI de nuestra era.[ ]Durante el siglo XV la cultura de los pueblos indígenas sería influenciada por la expansión del Imperio incaico sobre el norte del actual territorio chileno. Ésta comenzó con el Inca Pachacútec, y fue culminada bajo la dirección de los incas Tupac Yupanqui y Huayna Cápac. Estos últimos avanzaron hacia el sur sometiendo a los pueblos aimaras, atacameños, diaguitas y picunches y establecieron finalmente la frontera meridional del Imperio al norte del río Maule después de la batalla del Maule.[]
En tanto, en la isla de Pascua se desarrolló una cultura de características polinésicas muy avanzada pese a su aislamiento. El antiguo pueblo rapa Nui desarrolló un sistema de escritura desaparecido en la actualidad y construyó enormes esculturas conocidas como moais.[] Sin embargo, aproximadamente entre los siglos XVI y XVIII, se produjo una crisis que provocaría una guerra civil, la cual arrasaría con la mayoría de los vestigios de dicha civilización.
 


Descubrimiento:


     Los primeros europeos en reconocer el actual territorio chileno fueron los integrantes de la flota del portugués Hernando de Magallanes, en su intento de circunnavegación del planeta bajo las órdenes de Carlos I, rey de España. Luego de zarpar desde San lúcar de Barrameda el 26 de septiembre de 1519 y de reconocer gran parte de las costas brasileñas y argentinas, Magallanes descubrió el estrecho que comunica el océano Pacífico con el Atlántico el 1 de noviembre de 1520. Esta fecha es recordada por la historiografía chilena como la del descubrimiento del territorio chileno. Magallanes nombró a dicho paso como estrecho de Todos los Santos, el que fue posteriormente renombrado en honor de su descubridor.[]

Sin embargo, el primer explorador de gran parte del territorio chileno fue Diego de Almagro, socio de Francisco Pizarro en la conquista del Perú. Las disputas que tenía con Pizarro por el reparto de las riquezas del destruido Imperio inca, principalmente por la posesión del Cuzco, le llevaron a aventurarse a las tierras del sur. Almagro partió desde Cuzco en julio de 1535. Muchos historiadores creen que una de las razones del viaje de Almagro fue el rumor de la existencia de un reino mucho más rico que Perú hacia el sur llamado «El Dorado», rumor que podría haber surgido de forma intencionada como forma de disminuir las huestes conquistadoras y así permitir una rebelión nativa.

Tras recorrer el camino del Inca, cruzando territorios correspondientes a las actuales Bolivia y Argentina septentrional, Almagro realizó el cruce de la cordillera de los Andes con funestos resultados: gran parte de su comitiva falleció durante la travesía a causa de hipotermia. Tras más de nueve meses, Almagro finalmente llegó al valle de Copiapó el 21 de marzo de 1536.

Almagro organizó el reconocimiento de su gobernación denominada Nueva Toledo, como había sido llamado el territorio cedido al conquistador por parte del monarca hispano, sin encontrar las riquezas que tanto buscaba. Un enfrentamiento en Reino Huelén, en la confluencia de los ríos Ñuble e Itata, entre los indígenas liderados por Vitacura y una de las patrullas española a cargo de Gómez de Alvarado, es considerada la primera batalla de la denominada Guerra de Arauco.

Decepcionado y cansado del crudo viaje, decidió su regreso al Perú en 1536, tomando la ruta de Arequipa hacia el Cuzco, donde se rebelaría contra Pizarro.[]



Conquista:

 En 1540, Pedro de Valdivia, autorizado por Francisco Pizarro, llevó a cabo una segunda expedición, con la cual se inició el período de la Conquista. Al contrario de Diego de Almagro, tomó la ruta del desierto de Atacama.[]

Al llegar al valle de Copiapó, tomó solemne posesión en nombre del rey de España de esta tierra y la nombró Nueva Extremadura, en recuerdo a su tierra natal. Renovó la marcha hacia el valle del Aconcagua, donde el cacique Michimalonco intentó detenerlo sin éxito. El 12 de febrero de 1541 fundó la ciudad de Santiago a los pies del Cerro Santa Lucía, llamado Huelén en mapudungun. A los pocos meses, Valdivia fue proclamado por el cabildo como Gobernador y Capitán General de Nueva Extremadura. Inicialmente rechazó el cargo, pero finalmente lo aceptó el 11 de junio de 1541.[]

El 11 de septiembre de 1541, Michimalonco lideró una emboscada a la recién fundada ciudad de Santiago destruyéndola casi completamente. Fundamental en la defensa de la ciudad fue Inés de Suárez.[]

En esta primera etapa luchó contra los indígenas del norte del país, intentando consolidar la dominación española en aquellos territorios; cuando dispuso de más tropas, inició la ocupación de los territorios situados más al sur. También inició la fundación de otras ciudades: Villanueva de La Serena (1544), La Concepción de María Purísima del Nuevo Extremo (1550), La Imperial (1552), Santa María la Blanca de Valdivia (1552), Santa María Magdalena de la Villa Rica y Los Confines de Angol (1553).[] En 1553, el país parecía definitivamente pacificado, pero los mapuches, dirigidos por Lautaro y Caupolicán, iniciaron una insurrección; Valdivia perdió la vida en uno de los combates.[] El nuevo gobernador, García Hurtado de Mendoza y Manríquez (1557), posterior virrey del Perú (1589-1596), reconstruyó las ciudades destruidas, pero no logró vencer totalmente la resistencia de los indígenas.

Siendo gobernador Rodrigo de Quiroga, el 16 de diciembre de 1575, un terremoto y maremoto asoló la zona sur, destruyendo las ciudades de La Imperial, Villarrica, Valdivia y Castro. Estudios recientes calculan, a partir de las descripciones del fenómeno y daños producidos, una magnitud cercana a los 8,5 grados en la escala de Richter.[]

En 1598, los mapuches se levantaron nuevamente y se produjo el Desastre de Curalaba, que casi acabó con el intento de colonización de Chile. Las ciudades al sur del río Bíobío fueron destruidas, con excepción de Castro.

Tras sucesivos combates de la Guerra de Arauco, se estableció una frontera tácita entre la colonia española y las tierras bajo dominación mapuche en el río Bíobío, desde donde iniciaron después peligrosas revueltas.
 
La Colonia:


Finalizada la denominada Conquista, se inició un periodo que abarcaría más de dos siglos, durante los cuales se extendería y consolidaría la dominación española en el territorio, sólo resistida por los mapuches.

El «Reino de Chile» constituía administrativamente una Gobernación y Capitanía General con capital en Santiago. Al frente del mismo se encontraba el gobernador y capitán general, asesorado por la Real Audiencia, presidida por el mismo gobernador, razón por la cual se le denominaba indistintamente presidente o gobernador. La Audiencia, además de servir de órgano consultivo del gobernador, tenía las funciones de tribunal de apelaciones del reino.

A partir de la destrucción de las ciudades y villas del sur del territorio a fines del siglo XVI, el control efectivo ejercido por los españoles se reducía al Valle Central hasta el río Bíobío. Al este de la Cordillera de los Andes, el territorio chileno incluía el Corregimiento de Cuyo, conformado por la parte poblada de las actuales provincias argentinas de Mendoza, San Juan y San Luis. Cuyo fue separada de Chile en el año 1776, para incorporarse al recientemente creado Virreinato del Río de la Plata. En teoría, incluía también amplios territorios en la actual Patagonia argentina, en los cuales no se establecieron poblaciones permanentes.

El rey Felipe II sujetó al gobernador a la vigilancia del virrey del Perú, al expresar en una real cédula de 1589 que debía «guardar, cumplir y ejecutar sus órdenes, y avisarle de todo lo que allí se ofreciese de consideración». A partir de dicha norma, los virreyes entendieron que la relación entre ambos era de efectiva dependencia; sin embargo, en algunos casos, la relación del gobernador fue directa con el rey y en otras pasó por el virrey del Perú.

La base de la relación fue la real cédula antes mencionada; no obstante, hubo otras posteriores que perfilaron el tipo de relación efectiva entre la capitanía y el virreinato. Por ejemplo, mediante reales cédulas, se autorizó a los virreyes a intervenir en Chile sólo en caso de «alboroto y tumulto». Se facultó a los virreyes a poner en práctica estrategias militares en la guerra de Arauco (guerra defensiva) y después se ordenó directamente al gobernador de Chile a implantarlas (guerra ofensiva). También se facultó a los virreyes para remover al gobernador, atribución que les fue posteriormente negada.

Respecto a los recursos militares (armas, soldados, etc.) y el abastecimiento comercial, la capitanía dependió del virreinato. La administración de justicia de la capitanía era autónoma del virreinato, salvo la inquisición, que correspondía a un delegado de Lima,[21] y los juicios de comercio, que dependieron del consulado de Lima hasta 1795. En lo gubernativo, la relación fue fluctuante, dependiendo del periodo, las instrucciones que enviaba el rey e incluso las personalidades de las respectivas autoridades (virreyes y gobernadores) y no hubo nunca una anexión formal de la capitanía al virreinato. Además, en ciertos periodos, por cuestiones estratégicas de seguridad del virreinato –por ejemplo, ante amenazas de corsarios los virreyes intervinieron directamente en el gobierno de Chile, incluso por propia iniciativa. Asimismo, algunos gobernadores acostumbraron consultar o pedir instrucciones sobre temas urgentes al virrey, por la gran distancia que los separaba del rey, que se encontraba en España.

Finalmente, en 1798, a propósito de una disputa entre el virrey O’higgins y el gobernador Avilés, el rey Carlos III declaró que Chile era independiente del virreinato «como siempre debió entenderse».

La Guerra de Arauco tendría, a lo largo de la colonia, diversas etapas de alta beligerancia y otras más pacíficas: guerra ofensiva, guerra defensiva y parlamentos. Además, los gobernadores españoles tuvieron que enfrentarse, durante la segunda mitad del siglo XVII, a las repetidas incursiones de corsarios ingleses. Para el sostenimiento del ejército se estableció, en 1600, el real situado, una subvención de la corona pagada con cargo al tesoro del virreinato del Perú.

La situación geográfica de Chile, apartado de las principales rutas terrestres y marítimas, fue uno de los inconvenientes más graves con que tropezó la colonización del país. Esto, sumado al constante estado de guerra en que se encontraba la capitanía, convirtieron a Chile en una de las zonas más pobres del Imperio español en América. Los intercambios con el Perú fueron la base de la actividad comercial de la capitanía; posteriormente, aunque estaba legalmente prohibido, se establecería un comercio regular con Buenos Aires.

El siglo XVII se ha caracterizado económicamente como el siglo del sebo, pues este artículo, junto al charqui y el cuero, se convirtió en el principal producto de exportación al Perú, lo que permitió la obtención de importantes dividendos a una economía precaria, de escasa capacidad de producción en áreas diversas a la ganadería. A su vez, el siguiente siglo, el XVIII, ha sido llamado el siglo del trigo, ya que en éste se formó una nueva estructura social agraria, que permitió un amplio desarrollo de la agricultura y una importante cantidad de exportaciones de este cereal al virreinato. De hecho, a partir de 1687, Chile se convirtió en el «granero del Perú», pues en esa fecha el virreinato fue asolado por una plaga que afectó gran parte de sus valles cultivables. También se desarrolló la minería, con algunos yacimientos de cobre, oro y plata.

Aunque existía un sistema de monopolio, el contrabando se activó en forma ostensible durante el siglo XVIII, con la llegada de naves procedentes de Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Sólo el establecimiento de la libertad de comercio con España, en 1778, permitió un intercambio más continuo con la metrópolis.

Durante este periodo, se produjeron varios terremotos de gran magnitud. Entre otros, el ocurrido el 13 de mayo de 1647, que destruyó gran parte de la ciudad de Santiago; el de 15 de marzo de 1657, que dañó totalmente a Concepción y generó un tsunami; y el de 8 de julio de 1730 que volvió a dañar seriamente a Santiago y Valparaíso.



Independencia de Chile:

El año 1808, el Imperio español vivía en un creciente estado de agitación. A Chile llegaron las noticias de la invasión napoleónica a España y el cautiverio de Fernando VII, en la época que había asumido García Carrasco como gobernador de Chile. Después de un bullado caso de contrabando, éste renunció en 1810. El militar más antiguo de Chile en esa época era Mateo de Toro y Zambrano, que por esa razón debió tomar interinamente el mando. Por esa época se había propagado fuertemente entre los criollos el movimiento juntista, es decir, el de reemplazar la gobernación española por una junta de notables que conservara el gobierno mientras durara el cautiverio del soberano.

   El gobernador aceptó la convocatoria a un cabildo abierto para decidir el establecimiento de una junta de gobierno. Así, el 18 de septiembre de 1810, se formó la Primera Junta Nacional de Gobierno, de la cual fue nombrado presidente el mismo Toro y Zambrano.




Patria Vieja:

Tras el fallecimiento de Toro y Zambrano, el liderazgo político fue asumido por Juan Martínez de Rozas, bajo cuyos auspicios fue convocado el Primer Congreso Nacional. Tras aplastar la contrarrevolución de Tomás de Figueroa, se celebraron las elecciones, de las cuales surgió una amplia mayoría de diputados de tendencia moderada, que propugnaban una mayor autonomía sin llegar a la separación completa del Imperio español; por su parte, la minoría de los exaltados predicaba la independencia absoluta e instantánea.

En un comienzo, el gobierno transitorio establecido se mantuvo sin intenciones independentistas. Sin embargo, con el correr de los meses tomó otros rumbos, especialmente, al acceder al poder José Miguel Carrera. Se dictaron los primeros textos constitucionales y leyes propias, y se crearon nuevas instituciones, como el Instituto Nacional, la Biblioteca Nacional y el primer periódico chileno, la Aurora de Chile.

La historia de los años que siguió a la llegada de Carrera al poder fueron de constante enfrentamiento entre el sector exaltado, que seguía a éste, y los sectores independentistas moderados, liderados por José Miguel Infante y posteriormente por Bernardo O'Higgins.



Reconquista:

A su vez, con la llegada de tropas realistas enviadas por el virrey del Perú, José Fernando de Abascal y Sousa (1806-1816), se inició la Guerra de la Independencia. Con el apoyo de adherentes locales a la causa realista, lograron controlar gradualmente el sur del país, mientras los desencuentros entre los partidarios de Carrera y de O'Higgins aumentaban, minando su capacidad de resistencia. Finalmente, los realistas derrotaron completamente a las tropas patriotas en la batalla de Rancagua, el 2 de octubre de 1814.

Todo Chile cayó en manos realistas, completando la Reconquista Española. En esta etapa se restauraron las instituciones coloniales, con los gobiernos de Mariano Osorio y Casimiro Marcó del Pont. Si bien contaron con importantes apoyos locales, la crueldad con que los patriotas fueron perseguidos pronto les enajenó simpatías.

Parte de la población chilena emigró a Mendoza, en la Argentina, mientras el resto se acomodó al retorno a la antigua situación dependiente de España. Algunos grupos sostuvieron una resistencia solapada, como el dirigido por Manuel Rodríguez, que colaboró con el gobernador de la Provincia de Cuyo, José de San Martín, que planeaba una expedición para recuperar Chile para el bando independentista.

Al llegar a territorio argentino, las tropas se incorporaron al Ejército de los Andes, formado por el general San Martín; las milicias chilenas quedaron bajo el mando de Bernardo O’higgins.


Patria Nueva:

En los primeros días del año 1817, el Ejército de los Andes, que contaba inicialmente con 4000 hombres y 1200 milicianos de tropa de auxilio para conducción de víveres y municiones, cruzó la cordillera de los Andes, y el 12 de febrero de 1817, derrotó a las tropas realistas en la batalla de Chacabuco, dando inicio al perído denominado "Patria Nueva".

O'Higgins fue nombrado Director Supremo y el 12 de febrero de 1818, primer aniversario de la batalla de Chacabuco, declaró formalmente la independencia de Chile. La misma tendría su confirmación bélica con la victoria del ejército patriota en la batalla de Maipú, el 5 de abril de ese año.

Bajo su gobierno se realizaron diversas obras de infraestructura, se organizó la Expedición Libertadora del Perú, se produjo la captura de la ciudad de Valdivia que aún se encontraba en manos españolas por parte del almirante Thomas Cochrane,[ y se promulgaron dos cartas fundamentales, la Constitución de 1818 y la Constitución de 1822. Pese a su participación en la Independencia y sus logros en el gobierno, O'Higgins se ganó la antipatía del pueblo debido a su autoritarismo, sus intentos de mantenerse en el poder indefinidamente y las acusaciones de los carrerinos en el sentido de que había ordenado la muerte de los Carrera y de Manuel Rodríguez debido a la influencia de la Logia Lautaro. Para evitar una guerra civil, O'Higgins renunció el 28 de enero de 1823, y en julio del mismo año se exilió en el Perú.


Organización de la Republica:

Tras la renuncia de O'Higgins, el país entró en un largo período de inestabilidad política que duró toda una década. El general Ramón Freire, que asumió como Director Supremo siendo asesorado por Juan Egaña, se dedicó a acabar con el último foco de resistencia colonial en Chiloé, pero el constante desorden político en que se encontraba el país fue un grave obstáculo para su gobierno. Como forma de solucionar dicho problema fue redactada la Constitución Moralista de 1823. Sin embargo, su complejidad generó un gran rechazo en la población que, sumado a la crisis económica imperante, provocó la caída del gobierno de Freire.

En un ambiente dominado por las rencillas entre los grupos políticos, Manuel Blanco Encalada fue elegido como el primer Presidente de Chile. Su corto gobierno estuvo marcado por el dominio del grupo federalista y la promulgación de las Leyes Federales de 1826. Pero nuevamente esta legislación fue rechazada, lo que provocó un caos en el país. Blanco Encalada renunció y se estableció una sucesión de presidentes de cortos períodos de gobierno.

En 1828, Francisco Antonio Pinto logró aprobar la Constitución de 1828 de corte liberal. En elecciones, Pinto fue reelecto, pero se le acusó de fraude electoral. Además, el Congreso Nacional designó a Francisco Ramón Vicuña como vicepresidente, cargo que debía ser electo por votación popular. Esto provocó el levantamiento del ejército a cargo de José Joaquín Prieto, que controló rápidamente el sur de Chile, dando inicio a la Revolución de 1829.

Pinto y Vicuña renunciaron para evitar la Guerra Civil, pero ya era demasiado tarde. La unión entre conservadores (pelucones), estanqueros y o'higginistas, tras la batalla de Ochagavía, produjo la caída del régimen liberal y se instauró un gobierno revolucionario a cargo de José Tomás Ovalle. Finalmente, la batalla de Lircay otorgó la victoria definitiva de los revolucionarios, causando el fin del régimen liberal.




Republica Conservadora:

José Joaquín Prieto, tras salir victorioso en la Revolución, asumió como presidente de la República en 1831. Junto a él, el poder de Diego Portales se acrecentó de tal forma que se convirtió en el hombre más importante del país.[48]

Siguiendo la ideología de Portales, de carácter autoritario «gobierno obedecido, fuerte, centralizador, respetado y respetable, impersonal, superior a los partidos y a los prestigios personales», fue promulgada la Constitución de 1833, la que entregaba fuertes poderes al presidente de la República, electo por sufragio censitario por un período de 5 años y reelegible por otros 5. Esto permitió que el país acabara con el período de anarquía de los años anteriores, estableciendo un período de estabilidad (sólo rota momentáneamente por las revoluciones de 1851 y 1859), sentando las bases institucionales en que se desarrollaron los posteriores regímenes, y comenzando a recuperarse de la crisis económica.

El descubrimiento del mineral en Chañarcillo y la venta de trigo hacia mercados externos comenzaron a otorgar riqueza al país. Sin embargo, la rivalidad de los puertos de Valparaíso y el peruano del Callao, por el dominio del Pacífico se agravó con la creación de la Confederación Perú-Boliviana de Andrés de Santa Cruz. Portales, uno de los más férreos enemigos de esta confederación, fue uno de los promotores de la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. En su cargo de Ministro de Guerra, logró que el Congreso declarara la guerra el 28 de septiembre de 1836. Gran parte del pueblo y del ejército no estaba convencido de ir a la guerra. Sin embargo, el asesinato del mismo Portales, el 6 de junio de 1837, fue el aliciente necesario para la participación en la guerra y la victoria en la batalla de Yungay al mando del general Manuel Bulnes, el 20 de enero de 1839.[]

En 1841, Bulnes fue elegido como sucesor de Prieto. Durante este período, la economía chilena siguió en auge. Se inauguró la Universidad de Chile y comenzó un apogeo de la cultura con la Sociedad Literaria de 1842 de José Victorino Lastarria y Francisco Bilbao, entre otros. Además, se dio inicio a un período conocido como Época de Expansión con el establecimiento de una colonia en el Estrecho de Magallanes. Al fin de su mandato, un intento revolucionario para evitar la asunción de Manuel Montt, fue aplacado tras la batalla de Loncomilla, el 8 de diciembre de 1851.

Junto a su ministro, Antonio Varas, Montt siguió la senda de su predecesor. Se construyeron ferrocarriles, puentes y carreteras, se elaboró el Código Civil de Andrés Bello y se dio inicio a la colonización del sur de Chile, a través de la inmigración alemana en las regiones de Valdivia y Llanquihue, coronada con la fundación de Puerto Montt.

Sin embargo, la estabilidad del régimen conservador comenzó a tambalear. La cuestión del Sacristán dio origen a un conflicto entre la Iglesia Católica y el Estado, dejando a Montt en una encrucijada. Ante esta situación, muchos conservadores se alejaron del presidente y se unieron a los opositores al gobierno, dando origen a la Fusión Liberal-Conservadora. Antonio Varas, representando al Partido Nacional (Montt-varista) finalmente fue derrotado por la Fusión Liberal Conservadora en 1861.




Republica Liberal:

José Joaquín Pérez asumió como Presidente en 1861, como candidato de unidad y con él se acabó el período llamado "Época de los Decenios", debido a la duración del mandato de los Presidentes Prieto, Bulnes, Montt y Pérez.

Una de las primeras situaciones que debió enfrentar Pérez fue la Guerra contra España. La guerra comenzó como un conflicto diplomático entre Perú y España, nacido del llamado incidente de Talambo, una pelea entre individuos de las dos naciones que acabó con varios heridos y dos muertos, uno español y el otro peruano. Una escuadra enviada desde España con una misión diplomática y científica protestó por la muerte de su compatriota y exigió un castigo para los culpables. La falta de entendimiento entre el enviado español y el gobierno peruano, unido a la información errónea proporcionada por el primero a la Escuadra, llevó a la ocupación española el 14 de abril de 1864 de las peruanas islas Chincha, fuente de ingresos muy importante para aquel país. La firma el 2 de febrero de 1865 del Tratado Vivanco-Pareja, por el que Perú se comprometía a pagar una indemnización fue rechazada por la opinión pública peruana, dando comienzo a una sublevación militar que llevaría al derrocamiento del presidente constitucional y al ascenso al poder del coronel Mariano Ignacio Prado el 28 de noviembre del mismo año. Un mes antes, Chile había declarado la guerra a España. El 14 de enero de 1866 se firmó el Tratado de Alianza ofensiva y defensiva, celebrado entre las Repúblicas de Perú y Chile por el que ambos países unieron sus fuerzas contra España.

Entre las acciones bélicas más importantes, destacaron el combate de Papudo (26 de noviembre de 1865), que tuvo como resultado la captura de uno de los buques españoles y condujo al suicidio del Comandante General de su Escuadra; el bombardeo de Valparaíso (31 de marzo de 1866), que supuso unas pérdidas millonarias para el comercio chileno; y el combate del Callao (2 de mayo de 1866), en el que la flota española se enfrentó a las defensas de este puerto peruano con resultado indeciso.

El período de expansión iniciado durante el gobierno de Montt continuó durante el mandato de Pérez. En el norte de Chile, comienzó la inversión para la explotación de minerales (salitre y cobre) en la zona de Antofagasta, bajo administración boliviana. Al mismo tiempo, el francés Orélie Antoine de Tounens declaró la independencia del Reino de la Araucanía y la Patagonia.[55] Aunque este estado nunca fue instalado definitivamente, generó en el país la idea de controlar finalmente dicha región bajo dominación indígena. En 1865, una ley interpretativa de la Constitución estableció la libertad de cultos y en 1867 comenzó a regir el Código de Comercio.

En 1871 asumió como Presidente Federico Errázuriz Zañartu. Durante su gobierno se acabó la Fusión Liberal-Conservadora y se crea la Alianza Liberal, al unirse los liberales con el Partido Radical. Durante el Régimen Liberal se realizaron diversas modificaciones a la Constitución de 1833: se redujo el quórum de sesión de las cámaras del Congreso, se limitaron las facultades presidenciales y se flexibilizó la acusación a los ministros por parte del Congreso, el que comenzó a tener más atribuciones. Además, comienzaron a tratarse las "cuestiones teológicas" o relacionadas con las Iglesia. Se aprobó el Código Penal en 1874 y la Ley de organización y atribuciones de los tribunales en 1875, que suprimía el fuero eclesiástico y los recursos de fuerza.

En 1879, los roces diplomáticos entre Chile y Bolivia por la administración de la frontera norte del país y de los intereses chilenos en las minas salitreras provocaron el desembarco en Antofagasta, del 14 de febrero, dando inicio a la Guerra del Pacífico, el mayor conflicto bélico de la historia del país. Tras la ocupación de los territorios de Antofagasta, Chile se enfrentó en el mar a Perú, aliado de Bolivia en 1873, se había suscrito el tratado de Alianza Defensiva Perú–Bolivia, por lo que Chile declaró la guerra a ambos el 5 de abril de 1879, y acabó con la ocupación de los territorios de Tarapacá, Arica y Tacna, a mediados de 1880. Bolivia se retiró de las acciones militares en mayo de ese año, y Chile logró entrar en Lima tras la batalla de Miraflores, el 15 de enero de 1881.[61] La guerra finalmente acabó con la firma del Tratado de Ancón, del 20 de octubre de 1883.

La victoria chilena sobre los países aliados permitió la expansión del territorio nacional anexando Tarapacá, Arica, Tacna y Antofagasta. Paralelamente, la zona de la Araucanía había sufrido un proceso de lenta incorporación a través de la construcción de fuertes, instalación de colonizadores y tropas militares y la realización de parlamentos, logrando la Pacificación de la Araucanía en 1881. En 1888 fue también incorporada la Isla de Pascua. Por otra parte, Chile renunció a su reclamación sobre el territorio de la Patagonia Oriental y de la Puna de Atacama, y aceptó la soberanía de la Argentina en ellos tras el tratado de 1881.

Los nuevos territorios incorporados provocaron un explosivo auge económico en el país derivado principalmente de la minería del salitre, recuperándose así de la crisis económica de los años 1870. Diversas firmas europeas, principalmente británicas se instalaron en el extremo norte del país, explotando los nitratos. La riqueza producida por el "oro blanco" sustentaba el 75% de los ingresos fiscales y la totalidad de la economía nacional.

José Manuel Balmaceda fue electo presidente en 1886. Aprovechando los dividendos provenientes de la explotación salitrera, el gobierno de Balmaceda se caracterizó por la modernización completa del sistema económico, educacional y sanitario, y la construcción de grandes obras civiles, como ferrocarriles a lo largo de todo el país y el viaducto del Malleco. Durante su gobierno, trató de unificar a los liberales en torno a su figura, pero la división se profundizó, imposibilitando el normal desarrollo de su mandato. Era común que el Congreso acusara constitucionalmente a los ministros, paralizando el normal desarrollo del gobierno de Balmaceda. Además, sumó como enemigos a los líderes conservadores, a la aristocracia y a los empresarios salitreros.

La fuerte oposición a Balmaceda se concretó cuando el Congreso no aprobó la Ley de Presupuestos del año 1891. Balmaceda declaró, el 1 de enero, que se prorrogaría el presupuesto del año anterior y que el Congreso no se reuniría hasta el mes de marzo. Ese mismo día, el Congreso consideró ilegítima la actitud del presidente y declaró su destitución. La armada se adhirió a los parlamentarios, mientras el ejército declaró su lealtad al primer mandatario, dando inicio a la Guerra Civil de 1891.

El 12 de abril fue declarado un gobierno paralelo en Iquique liderado por Ramón Barros Luco y el almirante Jorge Montt. Rápidamente, las tropas congresistas derrotaron en el norte a los balmacedistas. Tras las batallas de Concón (20 de agosto) y Placilla (28 de agosto), las tropas revolucionarias lograron entrar en Santiago, acabando una guerra civil que produjo entre 5000[72] y 10 000 muertos. Balmaceda, refugiado en la embajada de Argentina, se suicidó el 19 de septiembre, al día siguiente de la fecha legal del término de su mandato.




Republica Parlamentaria:

La victoria de las tropas congresistas en la Guerra Civil, permitió el establecimiento de un sistema político conocido como República Parlamentaria, dominado principalmente por la oligarquía compuesta por los grandes terratenientes, la burguesía minera y bancaria y la aristocracia chilena.

Aunque no se estableció un sistema parlamentario propiamente tal, el Congreso Nacional dominó la política nacional y el Presidente se convirtió en una figura prácticamente decorativa, sin autoridad y supeditado a la decisión de las mayorías parlamentarias, por lo que era incapaz de hacer aprobar las reformas que el país requería. Los gabinetes ministeriales eran constantemente censurados por el Congreso y debían presentar su renuncia inmediatamente, produciéndose una rotativa ministerial que imposibilitaba un adecuado gobierno. Por ejemplo, el gobierno de Germán Riesco tuvo un total de 17 gabinetes y 73 ministros en un período de 5 años.

 Durante estos años, el progreso del país continuó debido a la riqueza que producía la minería del salitre, lo que permitió la construcción de algunas obras como el Ferrocarril Trasandino y el Museo Nacional de Bellas Artes, en conmemoración del Centenario de la Independencia. Sin embargo, la economía nacional debió sobreponerse al destructor terremoto que asoló al puerto de Valparaíso, el 16 de agosto de 1906.

A nivel internacional, mediante arbitraje británico, se resuelven los problemas limítrofes que se mantenían con Argentina en la zona austral de los Andes debido a que la aplicación de los criterios del divortium aquarum (divisoria de aguas), defendido por Chile, y de las más altas cumbres, sustentado por Argentina, no coincidían en la zona. Al mismo tiempo, ambos países junto a Brasil firman el denominado Pacto ABC para establecer mecanismos de cooperación y de mediación entre dichos estados y, de cierta forma, contrarrestar la creciente influencia estadounidense en la zona. En esos años se produjo el estallido de la Primera Guerra Mundial, respecto de la cual Chile decidió mantenerse neutral.

Sin embargo, a lo largo de las primeras dos décadas del siglo XX, comenzó a manifestarse el descontento de la ciudadanía por la mala situación. La fuerte migración de campesinos a las ciudades hizo que los migrantes debieran someterse a paupérrimas condiciones de vida, hacinamiento y problemas sanitarios. La mortalidad en 1895 era del 31‰: 30 000 personas fallecieron de viruela en 1909 y 18 000 por tifus, mientras el analfabetismo superaba el 68% de la población. Por otra parte, las condiciones laborales, tanto en las ciudades como en las oficinas salitreras, eran vergonzosas. Mil personas fallecían en accidentes laborales cada año. Más toda esta situación era minimizada y desconocida por los dirigentes. Como forma de mejorar esta situación, a partir de los años 1900 comenzó a hacerse patente la llamada Cuestión Social con las primeras huelgas de trabajadores exigiendo condiciones básicas para su desarrollo laboral. Las primeras reformas laborales surgieron recién a mediados de esa década; ejemplo de ello es que sólo en 1907 fue implantado el descanso dominical. Muchas de estas protestas acabaron trágicamente por la represión militar en contra de los trabajadores, siendo la más conocida la Matanza de Santa María de Iquique. La fundación de sindicatos, mutuales y del Partido Obrero Socialista (1912) permitió el desarrollo del movimiento obrero a nivel nacional. Las protestas comenzaron a volverse cada día más grandes y más violentas, demostrando la incapacidad de la clase dirigente para enfrentar los problemas que la nueva sociedad industrial estaba imponiendo.

En 1920, la unión de las fuerzas populares y la clase media permitió la elección de Arturo Alessandri como Presidente. Éste propuso al Congreso la adopción de leyes muy avanzadas en materia social, pero esos proyectos encontraron una tenaz oposición en el Senado. El descontento por el rechazo a las reformas se manifestó en el Ruido de sables de 1924, realizado por la joven oficialidad del ejército que, en una sesión del Congreso en que se debatía la dieta parlamentaria (remuneración), hicieron sonar sus sables como forma de demostrar su molestia, lo que además fue interpretado como una amenaza de golpe de estado. Ante esta situación, el Congreso aprobó velozmente las leyes sociales, creyendo que los militares volverían a sus labores propias. Sin embargo, ello no sucedió: sintiendo Alessandri que su poder había sido sobrepasado, presentó su renuncia al Congreso, asilándose en la embajada de Estados Unidos. El Congreso rechazó su renuncia y le autorizó para ausentarse del país por seis meses. El 10 de septiembre Alessandri abandonaba el país, rumbo a Italia.
El poder quedó a cargo de los militares, que constituyeron una Junta de Gobierno, la cual sin embargo no logró controlar la situación. El 11 de septiembre la junta decretó la disolución del Congreso Nacional, tras 93 años de funcionamiento ininterrumpido. El 23 de enero del año siguiente se forma una nueva junta. A los pocos meses, se solicitó el regreso de Alessandri. Al volver, el 20 de marzo de 1925, se encuentra con la aparición de un nuevo caudillo militar, Carlos Ibáñez del Campo. Alessandri decidió realizar cambios profundos al sistema político nacional: logró crear el Banco Central de Chile y la aprobación mediante un plebiscito de una nueva Constitución, que fue promulgada el 18 de septiembre de 1925. Con esta Constitución, el poder volvía a ser ejercido efectivamente por el Presidente de la República, dando fin al gobierno parlamentario y estableciendo un régimen presidencial.




Republica Presidencial:

Desde agosto de 1973, la Armada y la Fuerza Aérea (FACh) preparaban un golpe de estado contra el gobierno de Allende, lideradas por el vicealmirante José Toribio Merino y el general Gustavo Leigh. El 21 de agosto, Carlos Prats había decidido renunciar al puesto de Comandante en Jefe luego de manifestaciones en su contra de las esposas de los generales. En su reemplazo, asume Augusto Pinochet el día 23, considerado como un general leal y apolítico. El 22 de agosto, la Cámara de Diputados había aprobado un acuerdo en que se convocaba a los ministros militares a solucionar "el grave quebrantamiento del orden constitucional" (el "Acuerdo de la Cámara de Diputados sobre el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República").

Altamirano es advertido de un posible golpe de estado por parte de la Armada y éste lanza un discurso incendiario convocando a que Chile se convertirá en un "segundo Vietnam heroico", mientras se inicia un proceso de desafuero contra Altamirano. El 7 de septiembre, Pinochet es convencido por Leigh y Merino y se une a los golpistas, mientras en Carabineros, sólo César Mendoza, un general de baja antigüedad, estaba a favor.

El día 10 de septiembre, la Escuadra zarpa como estaba previsto para participar de los ejercicios UNITAS. El ejército es acuartelado para evitar posibles disturbios el día del procesamiento de Altamirano. Sin embargo, la Escuadra regresa a Valparaíso en la mañana del 11 de septiembre y la Armada toma la ciudad rápidamente. Allende es alertado cerca de las 7 de la mañana y se dirige a La Moneda, luego de tratar de ubicar a Leigh y Pinochet, lo que es imposible y le hace pensar que Pinochet debe estar preso. El general Sepúlveda, director de Carabineros le señala que se mantendrán fieles, pero Mendoza ha asumido como Director General. Por otro lado, Pinochet llega al Comando de Comunicaciones del Ejército y comienza a participar activamente del golpe. A las 8:42, las radios Minería y Agricultura transmiten el primer mensaje de la Junta Militar dirigida por Pinochet, Leigh, Mendoza y Merino, que solicita a Allende la entrega inmediata de su cargo y la evacuación inmediata de La Moneda o será atacada por tropas de aire y tierra. En ese momento, las tropas de Carabineras custodiando el Palacio se retiran.

Allende decide quedarse en el Palacio, mientras a las 9:55, llegan los primeros tanques al Barrio Cívico enfrentándose a francotiradores leales al gobierno. La CUT llama a la resistencia en los barrios industriales, mientras el Presidente decide dar una última alocución.




Dictadura Militar:

El Plebiscito nacional de 1988 fue un referéndum realizado en Chile el miércoles 5 de octubre de 1988, durante el Régimen Militar. Este plebiscito se llevó a cabo en aplicación de las disposiciones transitorias (27 a 29) de la Constitución Política de 1980, para decidir si Augusto Pinochet seguiría en el poder hasta el 11 de marzo de 1997.

Del total de votos válidos,[1] el resultado fue de 44,01% por el «Sí» y de 55,99% por el «No» —del total de votos escrutados, el «Sí» obtuvo el 43,01% y el «No», el 54,71%—.[2] El universo electoral habilitado para votar ascendió a 7 435 913 personas.[cita requerida]

Conforme a las disposiciones transitorias de la Constitución, el triunfo del «No» significó la convocatoria de elecciones democráticas conjuntas de presidente y parlamentarios al año siguiente, que conducirían al fin de la dictadura y el comienzo del periodo conocido como transición a la democracia.




Transición a la democracia:

Patricio Aylwin recibió el mando de manos de Augusto Pinochet, el 11 de marzo de 1990 en el nuevo Congreso ubicado en la ciudad de Valparaíso, dando inicio al proceso de Transición a la democracia.

En los inicios de su gobierno, Patricio Aylwin debió trabajar en un sistema que mantenía inamovibles muchos vestigios del Régimen Militar. Aunque la Concertación había obtenido la mayoría de los votos en las elecciones parlamentarias, debido al sistema binominal y la existencia de senadores designados, no se podrían hacer las esperadas reformas a la Constitución y la administración local de las comunas aún estaba en manos de personeros designados por el gobierno militar, los que serían reemplazados tras las elecciones de junio de 1992.

Aylwin gobernó cautelosamente, cuidando las relaciones con el ejército, donde Pinochet aún se mantenía como Comandante en Jefe. El ejército, aunque había dejado de participar en el gobierno, seguía siendo un importante actor político y manifestó su rechazo a ciertas medidas del gobierno concertacionista a través de movimientos tácticos como el "Ejercicio de Enlace" y el "Boinazo", en 1991 y 1992, respectivamente.

En este contexto, se constituyó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación destinada a investigar y esclarecer las situaciones de violaciones a los derechos humanos durante los años del Régimen militar. Dirigida por Raúl Rettig, la Comisión se enfrentó al rechazo de las autoridades castrenses. Sin embargo, el informe de la comisión fue dado a conocer a través de la televisión por el Presidente Aylwin, el 4 de marzo de 1991, tras nueve meses de trabajo. En su alocución, Aylwin dio a conocer los resultados del estudio, pidió perdón a las familias de las víctimas en nombre de la Nación, anunció medidas de reparación moral y material para estas y el deseo del Estado de impedir y prevenir nuevas violaciones a los derechos humanos.

Durante su gestión, Aylwin propuso crear modificaciones a las normas tributarias para aumentar el gasto fiscal y mejorar la redistribución del ingreso, en momentos en que la economía chilena seguía prosperando debido al aumento en las exportaciones del cobre y de productos agrícolas. Asimismo, durante su mandato, se redujo la pobreza de un 38,75% a cerca de un 27,5% y se promulga la Ley Indígena (Ley Nº 19.253 de 5 de octubre de 1993), que reconoce por primera vez a los pueblos indígenas y que crea la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), organismo encargado de la promoción de políticas que fomenten el desarrollo integral de estos pueblos. Igualmente, la Oficina de Planificación Nacional y Cooperación (ODEPLAN) se transforma en el Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN) y se crea el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) para fomentar las políticas sociales, y con la promulgación de la Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente (Ley Nº 19.300 de 9 de enero de 1994), que buscaba estructurar un marco para un ordenamiento ambiental, se crea la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA), para promover el desarrollo sostenible y coordinar las acciones derivadas de las políticas y estrategias ambientales del gobierno.

En 1993, fueron realizadas nuevas elecciones presidenciales y se renovó la Cámara de Diputados y la mitad del Senado. Eduardo Frei Ruiz-Tagle, hijo del mandatario homónimo y también democratacristiano, obtuvo el 57,98% de los votos, la mayor votación en elecciones libre de la historia republicana, mientras que el segundo candidato, Arturo Alessandri Besa, de la Unión por el Progreso (RN y la UDI), obtuvo el 24,41% de los sufragios.[105]

Frei, que asumió el 11 de marzo de 1994, reinició las relaciones del país con el exterior, luego del cierto aislamiento en que se estuvo durante el Régimen Militar. La economía se expandió aún más y el crecimiento promedió un 8% anual durante los primeros tres años de gobierno, lo que permitió el inicio de negociaciones con Canadá, Estados Unidos y México para la integración al NAFTA y el ingreso como miembro asociado al Mercosur. Chile además ingresó al Grupo de Río y a lo largo de la década logró resolver los últimos litigios fronterizos con la Argentina (Laguna del Desierto y Campos de Hielo Sur).

Además, se inician las primeras gestiones para un tratado de libre comercio y de asociación con la Unión Europea y, en 1994, Chile se convierte en miembro de la APEC, abriendo su economía hacia la cuenca del Asia-Pacífico, principalmente Japón y China. La pobreza, en tanto, continuó con su ritmo descendente y, en 1998, llegó al 21,7% de la población. En tanto, diversas obras públicas fueron construidas a lo largo del territorio y se inició el sistema de licitaciones que permitió la construcción de las primeras autopistas de nivel internacional en el país.

Sin embargo, a mediados de su mandato, comienza la crisis financiera asiática que afectará en gran modo a la pujante economía chilena. Durante esos mismos años, el país debió enfrentar importantes crisis ambientales: la alta contaminación atmosférica en Santiago, el Terremoto Blanco de 1995 que asoló el sur de Chile, las fuertes sequías de 1996 que impidieron la generación de hidroelectricidad y el corte del suministro a las principales ciudades, las inundaciones de 1997 en la zona centro-sur y el terremoto de Punitaqui en ese mismo año.

El crecimiento de Chile se estancó (incluso el PGB disminuyó en un 1%) y la cesantía comenzó a aumentar, superando el 12% (en 1997, se mantenía cercana al 5%). Las decisiones erráticas del ministro Eduardo Aninat y del Banco Central expandieron el efecto y la recesión se establecería en los últimos años del gobierno de Eduardo Frei.

Al mismo tiempo, una crisis política se inicia en el país tras la detención, en la ciudad de Londres, de Augusto Pinochet, que en 1998 había asumido como senador vitalicio tras abandonar la Comandancia del Ejército, debido a una orden de captura internacional emanada del juez español Baltasar Garzón por asesinato y tortura de ciudadanos de dicha nacionalidad durante su gobierno. La detención de Pinochet supuso un bochorno para Chile, ya que en el país ni siquiera había sido procesado por alguna causa. La postura oficial del gobierno entonces fue que Pinochet debía regresar al país para ser juzgado por los tribunales nacionales y no en España o Suiza, países que solicitan su extradición al Reino Unido. En tanto, los partidos políticos de derecha apoyan fuertemente a Pinochet, realizando manifestaciones en contra de su detención, en las embajadas de España y el Reino Unido y se producen algunos enfrentamientos con simpatizantes de la Concertación, cuyos partidos del ala progresista apoyan la reclusión de Pinochet.

Las gestiones de los ministros de relaciones exteriores José Miguel Insulza y, posteriormente, Juan Gabriel Valdés, sufren avances y retrocesos. La Cámara de los Lores revoca en noviembre de 1999 una resolución de un tribunal que aceptaba la inmunidad diplomática de Pinochet como senador y ex-Presidente. La ex Primera Ministra Margaret Thatcher visita a Pinochet, que comienza a sufrir de graves problemas de salud, y confiesa que Chile había apoyado al Reino Unido durante la Guerra de las Malvinas (1982), conflicto en el que Chile era neutral, lo que provocó reacciones de protesta de parte del gobierno argentino. Aunque el gobierno de Tony Blair quería que se juzgara a Pinochet, los exámenes neurológicos verificaban la gravedad del estado de salud de Pinochet. Para evitar que el general muriese en Gran Bretaña, Jack Straw, ministro de Relaciones Exteriores de Blair, decide liberar a Pinochet el 2 de marzo de 2000 por "razones humanitarias". Pinochet regresa a Santiago el día 3 y se levanta de su silla de ruedas y levanta su bastón en forma victoriosa, caminando unos metros en la pista de aterrizaje del Aeropuerto, irritando a los políticos que estaban en contra de su traslado.

Durante esos años, la derecha aumentó su apoyo de la mano de Joaquín Lavín, alcalde de Las Condes y una figura relativamente nueva en el ámbito político y que logra acercarse al electorado popular. Aprovechando las deficiencias de los gobiernos de la Concertación en el período de crisis, Lavín logra poner en jaque al candidato oficialista Ricardo Lagos, uno de los principales líderes de la izquierda concertacionista durante la época del plesbiscito, precandidato presidencial en las dos oportunidades anteriores y ministro de Obras Públicas durante el gobierno de Frei. Lagos fue nominado por la Concertación al derrotar en primarias abiertas al democratacristiano Andrés Zaldívar por más de un 71% de los votos. En las elecciones del 12 de diciembre de 1999, Ricardo Lagos obtiene un 47,96%, sólo 31 140 votos más que Lavín (con un 47,51%), mientras que Gladys Marín, candidata comunista, obtiene un 3,19%.La segunda vuelta fue fijada para el 16 de enero de 2000; el comando de Lagos se replantea e ingresa Soledad Alvear, ex ministra de Justicia de Frei, como generalísima de campaña para acercarse al voto de centro. Finalmente, Lagos es electo con un 51,31% frente a un 48,69% del candidato de la UDI.

Ricardo Lagos asume el gobierno el 11 de marzo de 2000 y debe enfrentarse a las consecuencias de la Crisis Asiática, de la cual el país no se recuperaba, y del Caso Pinochet. Entre sus prioridades destacan la puesta en práctica de la Reforma Procesal Penal y la reducción de los niveles de cesantía. Sin embargo, en sus primeros años de gobierno, la economía chilena no despega y los intentos de reformas del gobierno de Lagos no son aprobados en el Congreso o no tienen resultados favorables, como la reforma de la salud.

Durante el año 2001, el conocimiento de casos de corrupción relacionado con la venta de revisiones técnicas en Rancagua, en el que se ve involucrado un subsecretario del gobierno y algunos parlamentarios de la Concertación, genera una espiral de acusaciones al gobierno de Ricardo Lagos, especialmente en relación al Ministerio de Obras Públicas (Caso MOP-GATE, principalmente). La administración de Lagos comienza a tambalear, especialmente tras las elecciones parlamentarias de ese año que dan como resultado casi un empate técnico entre la Concertación y la Alianza por Chile.

El gobierno pasa por su peor crisis durante el año 2002 y comienzos del 2003, donde debe enfrentar un sinnúmero de críticas por la administración, pero los avances del gobierno en política exterior permitirían su repunte. Las cifras macroeconómicas comienzan a mejorar, las que se ven potenciadas por los tratados de libre comercio con la Unión Europea, Corea del Sur y Estados Unidos, gestionados por el gobierno anterior y sellados por Alvear. Estos elevan la capacidad exportadora del país, recuperando Chile el crecimiento que tenía la década anterior, aunque no se logran paliar las cifras de cesantía (que bordean el 8%) y la desigualdad en el ingreso no varía sustancialmente. A esto se sumó el ingreso de Chile como miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que enfrenta al país respecto de apoyar o no a Estados Unidos en sus planes de invadir Irak; Lagos, pese a la presión ejercida por el gobierno de George W. Bush, da un importante gesto de autonomía al rechazar la propuesta tal como lo esperaba la mayoría de la población. A comienzos de 2004, Lagos debe enfrentar públicamente al Presidente de Bolivia, Carlos Mesa, luego de que éste exigiera una salida al mar para su país considerando la precaria situación económica y política que vivía el país, y luego enfrenta otros problemas con Hugo Chávez y Néstor Kirchner. El fuerte emplazamiento al presidente boliviano y la actitud utilizada frente a los otros mandatarios fueron reconocidos por la opinión pública chilena, aumentando rápidamente la valoración positiva de Ricardo Lagos, logrando cifras cercanas al 65% de apoyo hacia el final de su mandato.

La crisis que hacía presagiar incluso un fin abrupto del gobierno desaparece y la Concertación comienza a resurgir. Los pronósticos que daban a Joaquín Lavín como seguro vencedor de las próximas elecciones presidenciales comienzan a variar sustancialmente con la arremetida de dos ministras, Soledad Alvear y Michelle Bachelet. Bachelet, que había asumido originalmente el Ministerio de Salud, pasa el año 2002 al Ministerio de Defensa Nacional, siendo la primera mujer de Latinoamérica en ostentar dicho cargo. Durante su administración, las relaciones cívico-militares comienzan a recomponerse tras años de deterioro desde 1973. Bajo el mandato del general Juan Emilio Cheyre, el ejército reconoce las violaciones a los DD.HH. y el Gobierno entrega los resultados de la Comisión Valech sobre tortura durante el Régimen Militar. En tanto, Pinochet es procesado por diversos casos de violaciones a los derechos humanos, pero es sobreseído por su diagnóstico de demencia senil. Durante el año 2004, investigaciones en Estados Unidos demostrarían que Pinochet guardó varios millones de dólares en el Banco Riggs y, en 2005, sería detenido por evasión tributaria y falsificación de material público. La situación judicial de Pinochet, la normalización de las relaciones con el Ejército y la promulgación de una serie de reformas constitucionales en 2005 que eliminan los últimos vestigios de la dictadura, han sido considerado como algunos especialistas como el fin del período de la Transición.

El gobierno de Lagos se caracterizó en un amplio desarrollo de obras viales, creándose las primeras autopistas urbanas del país, nuevas líneas del Metro de Santiago, el Metro de Valparaíso, la inauguración del nuevo Biotrén. En la política, se produce un descenso en el apoyo a la Alianza, aparentemente tras el bullado Caso Spiniak, lo que permite una recuperación del oficialismo, demostrado en los resultados de las elecciones municipales del 31 de octubre de 2004 (47,9% para la Concertación y 37,7% para la Alianza en la elección de concejales). Las figuras de Alvear y Bachelet comienzan a aumentar su respaldo en encuestas y, a comienzos del año 2005, ambas aventajan a Lavín, el candidato de la Alianza. La Concertación decide un proceso de primarias entre sus dos candidatas, mientras en la Alianza comienzan a surgir voces disidentes con respecto a la candidatura de Lavín, las que finalmente desembocan en la designación de Sebastián Piñera como candidato de Renovación Nacional, el 14 de mayo. Ante el bajo respaldo en las encuestas sobre las primarias, Alvear declina su candidatura, por lo que Bachelet es electa como representante del conglomerado oficialista.

Bachelet corre como favorita, pero con el transcurso de los meses, Piñera comienza a tomar ventaja y finalmente supera levemente a Lavín en las elecciones presidenciales del 11 de diciembre. Aunque la Concertación logra en las elecciones parlamentarias por primera vez una mayoría en ambas cámaras, su candidata a la primera magistratura obtiene un 45,96%. Debido a esos resultados, Piñera y Bachelet debieron enfrentarse el 15 de enero de 2006 en una segunda vuelta, en las cuales Bachelet recuperó gran parte de su electorado fugitivo de la primera vuelta, siendo electa con el 53,5% de las preferencias. Asumió el cargo de Presidenta de la República, el 11 de marzo de 2006, convirtiéndose en la primera mujer en ostentar dicho cargo en el país.